EL ENCANTO DE LA ARQUITECTURA VERNÁCULA GALLEGA
Se desconoce el origen del primer módulo de esta antigua casa rural vernácula. En el dintel del portal tradicional que, como tantas otras veces, da acceso al patio o terraza, está grabada la fecha de 1848. Es muy probable que esta fecha corresponda a la pieza rectangular —orientada de este a poniente— que cierra por el norte la terraza, la del solárium-corredor sostenido por un falso pórtico y servido por el conservado patín, es decir, la nave más noble de todo el edificio cuyo alero se apoya sobre una cornisa de piedra con moldura. Sin embargo, también existe la posibilidad de comienzos más humildes y que el paso del tiempo haya cambiado para mejor la situación económica de la familia. La propiedad alberga también un hórreo declarado genéricamente Bien de Interés Cultural
FICHA TÉCNICA
Cuando se encargó la rehabilitación del inmueble, para utilizarlo como segunda residencia en la que pasar largas temporadas, la obra era un conglomerado de pequeñas edificaciones —en su mayoría inconexas— construidas en mampostería de granito, que se había sumado al núcleo central para dar servicio a una familia acomodada y bastante ilustrada. En ese momento, a la pieza central se le agregó otro piso de ladrillo sobre parte de la cubierta.
La propuesta consistió en buscar una imagen de conjunto equilibrada eliminando volúmenes y materiales inadecuados para, dentro de los límites geométricos acordados con Patrimonio, resolver el programa solicitado con suficiente luz natural, respetando los valores etnográficos, materiales y la tipología de huecos del edificio. Si bien se utilizaron materiales cercanos a la tradición, se hizo tratando de no caer en la invocación de falsos históricos.
DetaLLES
Arquitecto
Antonio Soliño Troncoso
Localización
Gondomar (Pontevedra)
Año
2017